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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Empezar II

Cuando yo ya no esté, y tiréis mis cosas al cubo de las cosas ya sin  alma,   a quien tome la caja   del compás, yo le ruego lo haga con cuidado: mi niñez no despierte, duerme un sueño sin tiempo ni medida en su funda morada . Miguel Ángel Velasco, Caja de Compá s Una rara cosquilla de felicidad nerviosa recorre mis dedos al abrir el estuche de las gomas de borrar que compré el otro día en el supermercado. En mis manos, nueva, suave, blanca, con las letras en el lomo aún intactas, la goma deja de ser una goma y se convierte en la metáfora precisa que contiene el recuerdo de todos los inicios de curso. Aunque también una paradoja: que un utensilio destinado a convertir en nada lo que alguna vez hubo, pueda contener también lo que hubo alguna vez y que ya es nada. Supongo que el encanto de las gomas también reside en eso, en la posibilidad de borrarlo todo y recomenzar. Empezar el curso con la página en blanco: los renglones vacíos, la mirada d