Hace unos meses, reunidos en la concordia del arroz y del vino, tras un largo paseo por la Sierra de Espadán, cinco amigos (Antonio Cabrera, Adelina Navarro, Eve Ferriols, José Saborit y Lola Mascarell) se topan, en medio de la conversación, con una frase que llama su atención: ser feliz como un perro . Parece el título de un cuento, dice alguien. Deberíamos escribirlo, dice otro. Y así queda pactado. A la vuelta del verano, en feliz sobremesa, cada uno leyó su cuento perruno. Este es el resultado. Antonio Cabrera Se miró por casualidad el antebrazo y vio enredado en su vello un pelo de ella. Un pelo largo y rizado de los de ella. Si un ser humano busca ser feliz, eso será porque habrá fantaseado sobre la posibilidad de serlo. Es lo que empezaba a pensar cuando tiró suavemente del pelo y lo depositó sobre la mesa de madera brillante. Se acordó de aquel que dijo no soy feliz ni falta que me hace. Se acordó de él mismo repitiéndose esa boutade
Blog personal de Lola Mascarell. Historias cotidianas, del aula a la poesía